¿Por qué es esencial purgar un radiador?
Cuando bajan las temperaturas, contar con un sistema de calefacción eficiente es clave para garantizar un confort térmico óptimo en el hogar. Sin embargo, muchos usuarios pasan por alto una etapa crucial en el mantenimiento de su instalación: la purga de los radiadores. Este gesto simple suele dejarse de lado, aunque juega un papel fundamental en el buen funcionamiento del sistema de fontanería y calefacción central.
Con el tiempo, el aire puede acumularse en las tuberías y en los radiadores. Esta presencia de aire impide que el agua caliente circule correctamente, lo que provoca una caída de temperatura y una pérdida de eficiencia. Un radiador frío en la parte superior —parcial o totalmente— suele ser el primer indicio de que es necesaria una intervención. Además de mejorar la difusión del calor en las habitaciones, purgar un radiador ayuda a eliminar ruidos molestos provocados por burbujas de aire.
Otro beneficio importante de esta operación es que prolonga la vida útil de la instalación. Al eliminar impurezas y aire, se reduce el riesgo de corrosión interna y sobrecalentamiento. Como resultado, los radiadores funcionan mejor, consumen menos energía y requieren menos reparaciones a largo plazo. También es un gesto ecológico: un sistema bien mantenido contribuye a reducir el consumo energético del hogar.
Para garantizar un funcionamiento óptimo, también es recomendable optar por equipos de calidad. En nuestra tienda online Waterout, ofrecemos una amplia selección de radiadores de diseño, eficientes y adaptados a todas las necesidades, además de accesorios esenciales.
¿Cuándo se debe purgar un radiador?
La frecuencia con la que se recomienda purgar un radiador depende de varios factores, pero hay momentos clave del año en los que esta operación se vuelve imprescindible. El momento ideal es justo antes de volver a poner en marcha el sistema de calefacción, es decir, en otoño. Al purgar los radiadores en ese momento, se elimina el aire acumulado durante el verano y se garantiza que todo el sistema esté listo para afrontar el invierno.
Otra época recomendada para realizar una purga es en primavera, al apagar el sistema durante varios meses. Esto permite eliminar el aire que se haya podido acumular y evitar la formación de lodos o depósitos dentro del circuito de calefacción. Esta doble purga anual es un hábito muy útil para preservar la durabilidad de los equipos.
Fuera de estas fechas, algunos signos deben alertarte: si un radiador calienta menos que los demás, si está caliente en la parte inferior pero frío en la superior, o si emite ruidos extraños, lo más probable es que necesite purga. Estos síntomas indican la presencia de aire en el circuito, que impide que el agua caliente circule con normalidad.
También se aconseja purgar los radiadores si se han realizado obras de fontanería recientemente o si el sistema ha sido rellenado tras un vaciado. La entrada de agua nueva suele generar burbujas de aire que conviene eliminar cuanto antes para restablecer una temperatura homogénea en toda la casa.
¿Cómo purgar un radiador paso a paso?
Purgar un radiador es una operación relativamente sencilla, accesible incluso para principiantes, siempre que se sigan ciertas recomendaciones. Primero, reúne el material necesario: una llave de purga (suele venir con el radiador), un recipiente para recoger el agua, un trapo o toalla, y guantes si el radiador está caliente.
El primer paso es apagar el sistema de calefacción, para que el agua descienda por las tuberías y se evite cualquier riesgo de quemaduras. Espera unos minutos a que los radiadores se enfríen.
Con el sistema apagado, coloca el recipiente debajo del purgador, generalmente situado en la parte superior lateral del radiador. Gira con cuidado la válvula con la llave de purga. Un leve silbido indicará que el aire está saliendo. Cuando el agua comience a salir de forma constante, significa que el aire ha sido evacuado. Cierra inmediatamente la válvula.
Tras purgar todos los radiadores de la casa, verifica la presión del sistema en la caldera. Si ha bajado, añade agua hasta alcanzar el nivel recomendado por el fabricante. Una presión insuficiente podría afectar el buen funcionamiento del sistema.
No fuerces la válvula de purga, ya que podrías dañarla. Tampoco intentes purgar un radiador mientras esté funcionando o aún muy caliente, para evitar accidentes. Si tienes dudas o si el problema persiste tras la purga, es aconsejable contactar a un profesional de la calefacción o la fontanería.
Por último, para maximizar la eficiencia de tu instalación, recuerda hacer mantenimiento regular y considerar la inversión en modelos modernos. En Waterout, ofrecemos una colección de radiadores de diseño que combinan estética, alto rendimiento y facilidad de mantenimiento.
Adoptar estos simples hábitos te permitirá disfrutar de un confort térmico óptimo durante todo el año. Purgar un radiador no es solo una tarea de mantenimiento: es una decisión inteligente y económica, que protege tu bienestar y el de tu hogar.